Sino más bien cuando llegamos a ver perfectamente
Julia no tenía más antídoto que seguir allá, colgada de los brazos. Estaba rendida, mucho más agotada de lo que nunca se había sentido. Su culo y su coño totalmente abiertos con un cóctel de fluidos goteando por todo su cuerpo hasta el suelo. La habían dejado cubierta de leche de pies a cabeza.