El hecho de que hubiera poca gente contribuyó a que la conversación fuese oída por los que estaban cerca. El momento se me hacía eterno. Nada más que deseaba que la señora nos diera las pegatinas y nos dijese que pasáramos, pero aún quedaban ciertas preguntas.
Los chicos malos’ causan estragos en nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros cerebros. No solamente nos sentimos atraídas a ellos por motivos, emocionales y sicológicos. La bioquímica tiene su gran de culpa.
Luego de múltiples años de ir en ocasiones, por unos días o por unas horas al Ashram de Piedras del Sol, en las sierras de Córdoba, comprobé que me van pasando cosas internas y observo también los cambios externos en este magnético sitio.
Sentí que no tenía control sobre mis impulsos sexuales. Se puso tan mal que pensé en cortarme los genitales solo para conseguir algo de alivio. No sabía qué más hacer, a dónde asistir. Me sentí como un adepto.
Mi mamá no se confundió. En verdad, llevan 21 años de casados, y los que faltan. Mi papá, como es natural, no cabía en la emoción de saber que la mujer que más ama por fin se había enamorado de él. Por eso mismo cuando vio que mi mamá tomaba de la mano de otro, le dolía mucho el corazón.
Llamamos arrodillarse al acto de hincar una o bien las 2 rodillas en el suelo como mero acto funcional (para recoger algo que esté bajo la cama por ejemplo). Cuando a ese ademán deseamos otorgarle una intencionalidad de reverencia o bien respeto charlamos de genuflexión o bien de postración.
Lo que enseño, con mi Escuela de Antipareja, es un acercamiento consciente a la pareja, que ayuda a crear relaciones más estables y con finales felices. De esta manera se puede alejar la depresión, el principal factor de peligro de suicidio.
Esta oración resume una poderosa ley universal, la ley de la atracción, un arma infalible para quienes sepan darle uso, y probablemente una frustración inefable, para los que no estén siendo conscientes de su existencia.
Eva es una dulce joven venezolana que, merced a su belleza, compagina sus estudios con trabajos como azafata de imagen y exclusivos servicios de compañía, destinados a caballeros distinguidos que sepan apreciar los pequeños placeres de la vida.
El hombre debe asegurarse de poder aguantar el peso de su compañero y de que no se resbale y caiga al piso por completo. Del mismo modo, la mujer debe soportar su peso lo mejor que pueda para eludir posibles lesiones.
