La hay, quien no lo vea es idiota

Para empezar, lo peor que puede hacer, cuando advierta en el esposo una minoración del deseo sexual o bien un debilitamiento de su potencia viril, es comenzar a imaginar (sin fundamentos) que la está enga­ñando con otra, o que su atractivo femenino no incita sus pasio­nes.

Amante cariñosa y también implicada

Durante un buen tiempo, la incapacidad de una mujer para ser penetrada se atribuía mayoritariamente a motivos sicológicos. Se charlaba de antecedentes sexuales traumáticos, de inconvenientes de personalidad y de una enorme gama de alteraciones emocionales y mentales.